Cuando inicias el Camino de Santiago
pasas muchos momentos de camaradería,
de compañía y otros muchos de soledad.
Midiendo tus posibilidades, miedos,
alegrías, cansancios, inseguridades...
Pero detrás de todo ello siempre
sacas la conclusión de tenerte que
aceptar algo más y saber que dentro
de tus grandes límites, tienes grandes
posibilidades de SER y de poderte DAR.